The Promise

domingo, 14 de marzo de 2010

¡OH AQUELLA LIBERTAD! (LA OTRA CONQUISTA)

¿Qué habría sido de nosotros si no nos hubieran conquistado los españoles?, es una buena pregunta. Todo era diferente antes de la llegada de aquellos individuos que invadieron nuestros territorios, aquellos individuos que pisotearon nuestra dignidad, aquellos individuos que nos arrebataron nuestra libertad. ¡si! todo era distinto.
Desde la llegada de Hernán Cortez en 1519, nuestros antepasados indígenas tuvieron que adaptarse a su nueva vida. Una vida ajena a sus costumbres y creencias, tuvieron que aprender una nueva lengua, una nueva religión, una nueva forma de vestir; en fin, aquella Tenochtitlan en la que solían vivir estaba dando un giro de 180 grados.
Lo que para nuestros antepasados era sagrado, para los españoles no era mas que papel pintado (códices), imaginemos que tristeza daba el ver que todo lo que creías y todo lo que adorabas poco a poco se estaba desmoronando como el migajón de una goma, cuya presencia borro casi todos los indicios de nuestra historia.
Hoy en día llamamos malinchista, a aquel que nos traiciona, pero en realidad no sabemos cuales fueron las razones por las que éste singular personaje decidió servir a los invasores de nuestra cultura, pues ¿quién sabe? a lo mejor lo hacia para dar una mejor vida a su pueblo, pero lo que si es cierto es que no pudo evitar tanta matanza, tanta sangre derramada en aquellas construcciones que daban vida y forma a la gran Tenochtitlán, no pudo evitar el sufrimiento causado por aquellos golpes que no solo dejaban secuelas en la piel, sino que aquellas secuelas quedaron marcadas en los corazones de cada uno de los indígenas conquistados.
El sincretismo que se dio en la religión fue un factor crucial en la Nueva España, pues aquellos dioses de barro y piedra quedaron en el olvido, dando paso a las imágenes de santos y vírgenes, que a decir verdad no tenían mucha diferencia entre una cultura y otra, pues aunque se venerara a un dios o a otro, lo que los asemejaba era la devoción y el respeto que se les tenía, pero aun así esto no importo, los españoles decidieron que su cultura era la que predominaría. Y ¿qué podían hacer los indígenas? ¡nada!, pues no eran tan fuertes como sus contrincantes, así que no les quedo mas que someterse o como en el caso de doña Isabel y de Tomas "morir".
Bien lo dijo Tomas (el fraile indígena): " en el fondo compartimos la misma creencia, aunque provengamos de mundos tan distintos vivimos en todos los siglos y en todas partes".
Que palabras tan ciertas, pues como ya había dicho de una u otra forma su religión se asemeja, pero lo que importa aquí es que los "indios" tuvieron que optar por la nueva palabra. ¡oh aquella libertad, donde ha quedado!, pues desde aquel entonces todo ha sido imposición, y nosotros hemos sido testigo de todo ello. Esta conquista dejo muchas huellas: un indio cristianizado dejando esta vida para trascender con los suyos, una nueva cultura que envolvió a dos creencias y una historia llena de dolor e imposición.


Méndez Cruz Yaneli no. de lista: 28.

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